Praga es una ciudad que enamora a primera vista, con su encanto medieval, su río Moldava, sus catedrales góticas, sus castillos, sus casas modernas y sus barrios llenos de historia. Si estás pensando en viajar a Praga, te aseguramos que no te arrepentirás, porque hay mucho que ver y hacer en esta ciudad dorada.
A continuación te contamos lo principal que ver en Praga, los lugares imprescindibles que no puedes perderte en tu visita a la ciudad. Encontrarás la información segmentada por zonas, y de cada zona destacamos lo más importante que ver. ¡Vamos allá!
Plaza de la Ciudad Vieja
Empezamos la lista de lugares imprescindibles que ver en Praga por el corazón de ciudad. La Plaza de la Ciudad Vieja, donde se concentran algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad. En esta céntrica plaza podréis encontrar:
- La Iglesia de Nuestra Señora de Týn: Una de las joyas del gótico checo, que se alza majestuosa en la Plaza de la Ciudad Vieja. Sus dos torres puntiagudas, de 80 metros de altura, son un símbolo de la ciudad. En su interior se pueden admirar obras de arte como el altar mayor de Karel Škréta, el órgano más antiguo de Praga o la tumba del astrónomo Tycho Brahe.
- El Ayuntamiento de la Ciudad Vieja: Un conjunto de edificios históricos que se remontan al siglo XIV. Su principal atractivo es el famoso reloj astronómico, que cada hora ofrece un espectáculo de figuras animadas que representan a los apóstoles, la muerte, la vanidad, la codicia y la lujuria. El reloj es una obra maestra de la ingeniería medieval que muestra la hora, el día, el mes, el año, el signo zodiacal y las fases de la luna. Desde la torre del ayuntamiento se puede admirar de una vista panorámica de la plaza y de toda la ciudad.
- La Iglesia de San Nicolás: Una iglesia de estilo gótico tardío y barroco, que se construyó entre 1732 y 1737 sobre los restos de una iglesia anterior del siglo XIII. Su arquitecto fue Kilián Ignác Dientzenhofer, el mismo que diseñó la otra iglesia de San Nicolás (en el barrio de Malá Strana). Su cúpula, de 46 metros de altura, es la más grande de Praga. Su interior está decorado con frescos que representan la vida de San Nicolás y de San Benito, y con un altar mayor de mármol artificial. Actualmente, la iglesia pertenece a la Iglesia Husita Checoslovaca, y se celebran conciertos de música clásica en su interior.
- El Palacio Goltz-Kinskych: Un elegante edificio de estilo rococó, que fue construido entre 1755 y 1765 para el conde Jan Arnošt Golz, y posteriormente adquirido por la familia Kinsky. Su fachada está adornada con estucos y esculturas que representan a dioses antiguos y alegorías. El palacio tiene una importancia histórica, ya que desde su balcón se proclamó la independencia de Checoslovaquia en 1918, y se anunció el inicio del régimen comunista en 1948. Actualmente, el palacio alberga una colección de arte de la Galería Nacional.
Te recomendamos que visites la plaza a diferentes horas del día, especialmente al amanecer y al anochecer, cuando la iluminación le da un toque mágico. También puedes subir a la torre del Ayuntamiento para tener unas vistas panorámicas de la plaza y de toda la ciudad.
Barrio Judío
Otro de los lugares imprescindibles que ver en Praga es el Barrio Judío, situado al norte de la Plaza de la Ciudad Vieja. Este barrio conserva el legado de la comunidad judía que vivió aquí durante siglos, y que sufrió la persecución y el exterminio durante el nazismo. Aquí podrás visitar:
- Las Seis Sinagogas de Praga Son un testimonio de la historia y la cultura de la comunidad judía que vivió en Praga durante siglos. Estas son: la Sinagoga Pinkas, la Sinagoga Maisel, la Sinagoga Española, la Sinagoga Klausen, la Sinagoga Alta y la Sinagoga Vieja-Nueva. Cada una tiene su propio estilo arquitectónico y su propia exposición. Las más importantes son: la Sinagoga Pinkas: donde se pueden ver los nombres de los judíos checos asesinados por los nazis y los dibujos de los niños de Terezín; la Sinagoga Española: con su impresionante decoración morisca y la tumba de Franz Kafka; y la Sinagoga Vieja-Nueva: la más antigua de Europa y la más venerada por los judíos, donde se dice que se esconde el Golem.
- El antiguo cementerio judío: Uno de los lugares más sobrecogedores y fascinantes que ver en Praga. Se estima que hay unas 12.000 lápidas visibles, pero debajo de ellas hay más de 100.000 personas enterradas en varias capas, debido a la falta de espacio y a la prohibición de trasladar los restos. El cementerio se usó desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, y en él reposan algunos de los personajes más ilustres de la historia judía, como el rabino Loew (el creador del Golem), o el astrónomo David Gans. El cementerio tiene un aspecto caótico y misterioso, con las lápidas inclinadas y cubiertas de musgo y pequeñas piedras que los visitantes dejan como muestra de respeto.
Castillo de Praga
El Castillo de Praga es el castillo más grande del mundo, según el Libro Guinness de los Récords, y uno de los símbolos de la ciudad. Se encuentra en lo alto de una colina, sobre la orilla izquierda del río Moldava, y alberga varios edificios de interés como:
- La Catedral de San Vito: es la catedral más importante de Praga y uno de sus monumentos más significativos. Se encuentra en el interior del Castillo de Praga. Su construcción comenzó en 1344 y se terminó finalmente en los siglos XIX y XX. La catedral es un impresionante ejemplo de arquitectura gótica. Alberga la tumba de San Venceslao, el patrón de Bohemia, y las joyas de la corona checa. Su torre principal, de 96 metros de altura, ofrece una vista panorámica de la ciudad.
- El Palacio Real: Es la antigua residencia de los reyes y príncipes de Bohemia hasta el siglo XVI. El Palacio Real se sitúa en el tercer patio del Castillo de Praga y se puede acceder a él con la misma entrada. El palacio fue construido en el siglo XII y reconstruido varias veces después de incendios y guerras.
- La Basílica de San Jorge: Es la iglesia más antigua que se conserva dentro del complejo del castillo, y el mayor ejemplo de arquitectura románica en Praga. La basílica fue fundada en el año 920 por el príncipe Vratislav I, y originalmente formaba parte de un monasterio benedictino. La basílica fue reconstruida en el siglo XII tras un incendio, y ha sido restaurada varias veces desde entonces.
- El Callejón del Oro: Se trata de una calle corta, estrecha y preciosa situada en el interior del Castillo de Praga. Debe su nombre a los orfebres que la habitaron en el siglo XVII. El lado izquierdo del Callejón del Oro está ocupado por casitas de colores que fueron construidas en los muros del castillo. Es especialmente conocido porque en la casa número 22 vivió Franz Kafka, uno de los escritores más influyentes del siglo XX (entre 1916 y 1917).
- Los Jardines Reales: Están situados al norte del Castillo. Fueron fundados por Fernando I en el siglo XVI y reconstruidos a mediados del siglo XIX. Una de sus joyas más estimadas es la Fuente cantarina, una de las fuentes renacentistas más bellas de Europa. Los jardines sur (el Jardín del Paraíso, el Jardín en las Murallas y el Jardín de Hartig) se extienden delante de la fachada sur del Castillo de Praga y desde ellos se puede disfrutar de vistas a Malá Strana y a la Ciudad Vieja.
Para visitar el castillo hay varias opciones de entradas, según los edificios que quieras ver, y también hay visitas guiadas en español. Te aconsejamos que llegues temprano para evitar las colas y que dediques al menos medio día para recorrer el complejo con calma. No te pierdas el cambio de guardia, que tiene lugar cada hora en el patio principal.
Puente de Carlos
El Puente de Carlos es el puente más famoso y más antiguo de Praga, y une el casco antiguo con el barrio de Malá Strana. Fue construido en el siglo XIV por orden del rey Carlos IV, y está decorado con 30 estatuas de santos, que le dan un aspecto único. El puente es un lugar muy animado, donde siempre hay músicos, artistas, vendedores y turistas. Te recomendamos que lo cruces tanto de día como de noche, y que te detengas a contemplar las vistas del río y del castillo. También puedes subir a una de las torres que flanquean el puente, la de la Ciudad Vieja o la de Malá Strana, para tener una perspectiva diferente.
Malá Strana
Malá Strana, o Ciudad Pequeña, es el barrio que se encuentra al pie del castillo, y que conserva un ambiente bohemio y romántico. Aquí podrás pasear por sus calles empedradas, llenas de palacios, iglesias, jardines y cafés con encanto. Es un barrio que no debes olvidar ver en Praga. Algunos de los lugares que no puedes perderte en Malá Strana son:
- La Iglesia de San Nicolás: Es la iglesia más importante de Malá Strana y uno de los monumentos más significativos de Praga. Se trata de una obra maestra barroca, construida entre 1704 y 1755. No confundir con su homóloga en la Ciudad Vieja. La iglesia destaca por su impresionante cúpula verde, su torre blanca, su fachada decorada con estatuas y su interior ricamente ornamentado con frescos, estucos, pinturas y esculturas.
- La Isla de Kampa: Es una isla artificial situada en el río Moldava, separada de Malá Strana por un canal llamado Čertovka o Canal del Diablo. La isla es un lugar tranquilo y pintoresco, donde se pueden ver antiguos molinos de agua, casas de colores, jardines y parques. La isla es también un centro cultural, donde se encuentra el Museo Kampa, dedicado al arte moderno centroeuropeo. La isla es considerada una de las mejores islas urbanas de Europa y se la conoce como la Venecia de Praga.
- El Muro de John Lennon: Es una pared que se encuentra en la Plaza del Gran Priorato. El muro se convirtió en un lugar de homenaje al cantante de los Beatles tras su asesinato en 1980, cuando los jóvenes praguenses empezaron a pintar su imagen y fragmentos de sus canciones. El muro se llenó también de mensajes de rebeldía y esperanza contra el régimen comunista, que intentó borrarlos sin éxito. El muro se ha mantenido como un monumento a la expresión libre y a la resistencia no violenta, y sigue siendo un lugar donde la gente deja flores, velas y grafitis.
- El Monte Petřín: Es una colina de casi 140 metros de altura, situada cerca del Castillo de Praga, que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad. El monte está cubierto de árboles y jardines, y es un lugar ideal para pasear, relajarse y disfrutar de la naturaleza. En la cima del monte se encuentra la Torre de Petřín, una estructura de hierro inspirada en la Torre Eiffel (salvando muuuucho las distancias…), que se construyó en 1891 con motivo de la Exposición Nacional de Praga. La torre tiene 60 metros de altura y se puede subir a su plataforma superior para admirar el panorama. Otros atractivos del monte son el Laberinto de los Espejos, el Observatorio Astronómico y la Iglesia de San Lorenzo.
Extra: Cerveza en Praga
En este caso no se trata de algo que ver en Praga, sino de algo que probar en Praga. No podemos terminar este post sin hablar de una de las cosas que más destacadas de Praga: la cerveza. Los checos son los mayores consumidores de cerveza del mundo, y no es de extrañar, porque la calidad y la variedad de esta bebida es impresionante.
En Praga hay cientos de bares, pubs y cervecerías donde podrás probar diferentes tipos de cerveza, desde la clásica Pilsner Urquell hasta las artesanales o las de sabores. Además, la cerveza es muy barata, y suele acompañarse de platos típicos como el codillo, los dumplings, el goulash o el queso frito. Si quieres aprender más sobre la cultura cervecera de Praga, puedes apuntarte a un tour de cerveza y cervecerías, donde podrás degustar varias muestras y conocer la historia y el proceso de elaboración de la cerveza.
Esperamos que este post te haya servido de ayuda para planificar tu viaje a Praga, y que disfrutes de esta ciudad maravillosa que puedes ver en 2-3 días tranquilamente.
